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Vista desde la planta 52 del hotel donde Bill Murray se tomó su copa de "Suntory". |
La estancia en Tokio del equipo Espai fly fue breve pero intensa.
Siete días y seis noches en la capital nipona fueron suficientes para sumergirnos de pleno en una atmósfera sacada de Blade Runner y una sensación totalmente parecida a la que parecen sentir los personajes de Lost in Traslation.
Y es cierto, Sofía Coppola no se equivocaba para nada en su film; Tokio es una ciudad extraña y diferente para los que venimos del mundo occidental.
Costumbres y tradiciones milenarias contrastan con un mundo de calles masificadas por vendedoras disfrazadas de niñas, fachadas repletas de neones e intensos olores a comida recién hecha.
Una mezcla de ruido y saturación de información por todas partes que se opone al estado siempre calmado y pacífico de los sus habitantes Tokiotas.
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Edificio Prada de los arquitectos Herzog & de Meuron |
Los impresionantes edificios para las grandes firmas tanto Europeas como Japonesas (Prada, Gucci, Sony, etc...) destacan por su originalidad y compiten en extravagancia y diseño. Mientras que las casas "mínimas" y los hoteles cápsula comprimen el espacio para los ciudadanos de clase media y los viajeros con un bolsillo ajustado.
Un lugar sin duda, para ver y recordar.